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Aixa de la Cruz firma una adictiva y brutal crónica en primera persona sobre su paso a la treintena. Cambiar de idea es un giro radical en la escritura de su autora, un punto de inflexión idóneo para reflexionar sobre el paso a la edad adulta. «He tardado diez años de lecturas, y fiestas, y conversaciones con las mejores mentes de mi época en entender que el avatar de hombre es el traje nuevo del emperador [...]. Mi propio y escasísimo caché como mujer que escribe se ha desmoronado desde que dejé de escribir como los chicos: con voces falsamente neutrales, con personajes que pasan de puntillas por su género y se hermanan desde lahiperviolencia y las parafilias. Eso es lo que los editores que no publican a mujeres quieren que escribamos las mujeres. Los editores que no publican a mujeres andan locos por publicar a mujeres que escriban de una determinada manera, para refrendar que la subjetividad masculina es la subjetividad universal. Sus autores pueden ser sentimentales e intimistas, pero sus autoras si